Por supuesto me refiero a la técnica en el jazz o derivados del jazz como soul, funk, bossa, rock, etc.
Cuatro principios fundamentales
Estos principios que para mí son como los «4 mandamientos». Cuanto más los cumplo mejor me va.
Cantar = Hablar
Negar las alturas
Respirar
No olvidar la dicción
Cantar = Hablar
Me refiero al hecho de no cambiar la actitud mental-muscular.
Generalmente cuando hablamos correctamente, sin estar tensos, no hacemos esfuerzos musculares que nos alteren el movimiento natural de los órganos de la fonación que son los que usamos para cantar y/o hablar.
Cuando hablamos «bien» nada se tensiona, nada tiene que sentirse diferente en la boca y/o en la garganta. Nuestra lengua, mandíbula, paladar blando o el cuello estarán relajados, en su posición natural.
Esta «postura vocal» que usamos cuando hablamos cómodamente es la misma que debemos usar cuando cantamos y a esto me refiero cuando digo cantar es igual a hablar.
El diafragma y todos los músculos para respirar trabajarán de la mejor manera para suministrar a las cuerdas vocales la exacta y justa cantidad de aire.
No necesitaremos empujar, tensar o manipular nada para tener una voz fuerte, clara y dinámicamente flexible.
No necesitaremos empujar nuestra voz, estará automáticamente balanceada con la exacta cantidad de armónicos agudos, medios y graves.
Negar las alturas
Creo que cuando un equilibrista camina sobre un cable a una cierta altura y sin red, no puede estar pensando en la distancia que hay hasta el piso.
No puede estar pensando en el golpe que se daría si se cae, ni en la falta de red, etc.
Yo pienso que en lo único que estará concentrado es en la relajación de su cuerpo, de sus piernas, sus brazos, su respiración, y caminará sin mirar hacia abajo (el suelo duro).
Cuando cantamos un tema estamos cantando frases, éstas a su vez están compuestas por
intervalos de notas.
Un intervalo es la distancia entre dos notas, por lo tanto existen diferentes alturas.
Negar las alturas es lo mismo que hace el equilibrista.
Por Ej. si tenemos que cantar la escala de C (do-re-mi-fa-sol-la-si-do) suele suceder que cuando llegamos al Sol ya comenzamos a ponernos tensos, empujando con más aire, mirando al techo, la garganta más rígida y forzada por esa necesidad de «llegar» al otro Do de la octava más alta.
En este momento no estamos «negando la altura» Es como si el equilibrista estuviera mirando la distancia que existe hacia el piso y pensando en el golpe que se va a dar, por lo tanto se pondría mas rígido y lo más probable será la caída.
Un ejercicio útil para negar las alturas es:
Cantar la escala de Do diciendo números.
Con la mirada en el piso tratar de poner una nota delante de la otra como si hiciéramos una fila de piedras o fichas en el suelo. A medida que vamos avanzando por cada nota éstas estarán una delante de la otra sin pensar en subir hacia el techo. Esto lo debemos controlar con nuestra mirada tratando de poner cada nota delante de la otra. Nunca cerrar los ojos, para no perder el nivel del piso.
Y cuando logramos esto tratemos de aplicar lo que comenté en el punto 1, o sea, cantar=hablar.
Por lo tanto no debemos mandar aire, de tal modo que usaremos la misma cantidad de aire que
necesitamos cuando hablamos y decimos 1 , 2 , 3 etc.
No perder la relajación pensando en llegar a la otra octava. Y cuando vamos llegando al 5 o 6 no olvidar de lograr la misma sensación de «no tensión» que tengo cuando hablo, es decir, hacer «fuerza en contra». que es la fuerza para no esforzarse. Nuestra garganta, lengua, mandíbula, paladar blando o el cuello estarán relajados como si estuviéramos hablando. En ese momento somos el equilibrista a 5 ó 10 m de altura y no podemos perder esa relajación.
La respiración.
Cuando estamos muy relajados, sin hablar, necesitamos muy poco volumen de aire. En este estado solamente usamos la parte superior de los pulmones y observaremos que se mueve la parte superior del pecho.
Cuando cantamos necesitamos utilizar toda la capacidad de los pulmones. Para llenarlos completamente hay que concentrarse en la base de los pulmones y no en la parte superior del pecho. Por lo tanto no debemos elevar los hombros. Si colocamos las manos en la cintura, cuando respiramos correctamente, veremos que éstas se desplazarán hacia afuera pues los pulmones se expanden hacia abajo y hacia los costados y el diafragma que es uno de los músculos que se encuentra debajo, se aplanará y será empujado hacia fuera. Esta manera de respirar que es la que necesitamos para cantar es llamada respiración de tipo costo-diafragmática-abdominal.
No nos alcanza haber obtenido una correcta inspiración donde los pulmones y costillas se expanden, el diafragma se aplana y es empujado hacia abajo, y los músculos abdominales son presionados hacia abajo y hacia fuera. Ahora nuestro problema será el «control» del aire que vamos a usar cuando cantamos. En la espiración, los músculos abdominales y el diafragma tienden a recuperar sus posiciones originales, la caja torácica se contrae hasta su posición original, presionando al aire para que salga. Por lo tanto no permanecerán mucho tiempo en la posición expandida. Cuando cantamos debemos impedir que el diafragma vuelva pronto su posición relajada, para poder controlar la cantidad de aire que está saliendo. Nosotros debemos controlar cuánto aire utilizaremos y el tiempo que éste durará. Por lo tanto deberemos prestar muchísima atención al control del escape de aire y al control del «aguante» de la presión de la columna de aire que va a tender a salir muy rápido.
Cuando estamos aprendiendo todo esto es muy importante cuidar que la tensión de los músculos abdominales e intercostales no produzca tensiones en los hombros, el cuello y en la parte alta del tórax. Es fundamental la disociación entre los distintos grupos musculares, porque mientras el aparato respiratorio está tensionado y el abdomen está realizando contracciones musculares, el resto del cuerpo, principalmente los hombros, el cuello, la garganta, deben permanecer flexibles y relajados.
La dicción
Además de lograr una buena respiración tenemos que hacer hincapié en la dicción: Hay algo que quizás parece obvio pero que suele suceder mucho más de lo que uno se puede imaginar y es que a veces nos olvidamos de abrir la boca. Cada letra que cantamos (vocales/consonantes) tiene una forma propia de articulación e implica una determinada posición de los labios y la lengua. La lengua debe adaptarse a la letra que estemos vocalizando pero la punta debe apoyarse sobre la parte posterior de los dientes de abajo (los incisivos inferiores). Tener cuidado para no levantar la lengua ni mandarla para atrás hacia la garganta.
Si nos entrenamos en todo lo que estuve contando podremos cantar con una voz producida fácilmente, con la misma sensación de «no» esfuerzo que percibimos cuando hablamos.
Sólo una gripe nos podrá «bajonear» la garganta. Las gripes vienen y se van pero si tenemos un buen manejo de los principios fundamentales de la técnica vocal las disfonías serán totalmente evitadas para siempre. Amen.
Terminando por ahora
Espero que practiquen esto y lo puedan aplicar a cada frase de los temas que estén cantando.
Para que puedan luchar contra esa tendencia que tenemos a ponernos rígidos cuando intentamos llegar a una determinada nota. Concentrándonos, para no perder la «postura vocal» que usamos cuando hablamos cómodos.
Si cumplimos con estos principios podremos luchar contra esa tendencia que todos tenemos a ponernos rígidos cuando intentamos llegar a una determinada nota. Esto nos ayudará a evitar las disfonías típicas que aparecen cuando «forzamos la garganta».
Marta Bellomo
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