
♦│ARTE│ ¿Conocemos la diferencia entre Partitura y Particella? Algunos consejos útiles para ensayar mejor….
Algunas definiciones

Antes que nada (y aunque posiblemente lo tengan claro casi todos los músicos que estén leyendo este breve artículo), establezcamos primero el siguiente concepto básico: una cosa son las particellas o partes individuales de cada instrumento, y otra diferente la partitura propiamente dicha (llamada “score”, en inglés), donde está la música completa con las partes correspondientes a cada voz del ensamble.
Partamos de una situación hipotética pero muy común: un dúo de instrumento solista y piano. Por ejemplo, dúo de clarinete y piano. El clarinetista (quien probablemente sea el que mejor conozca de los dos el repertorio específico) provee al pianista la partitura para que éste la estudie.
La partitura (el “papel”) que usará el pianista es la partitura completa, ya que incluye en un pentagrama superior la parte que toca el clarinete, mientras que la del clarinetista contiene solamente su parte. Hasta ahí todo está bien, pero estamos a las puertas de un posible inconveniente: que el clarinetista le haya entregado a su colega la única copia que poseía de la partitura, y que entonces por el resto de los ensayos disponga solamente de su particella.
Todo instrumentista o ensamble debería estudiar una obra siempre conociendo y teniendo a mano la partitura completa para consultarla. Es allí donde cada músico puede ver claramente la organización y estructura de la obra, la relación entre las voces (rítmica, dinámica), la armonía, etc. Nada es más claro que poder ver todo esto. Este acercamiento directo a la obra en su conjunto tal como la escribió el compositor, no puede ser reemplazado por el mero hecho de ensayar o repetir mil veces usando únicamente las partes individuales.
Y cuantos más instrumentos compongan el ensamble, más necesario todavía es tener a mano la partitura completa en los ensayos. No nos olvidemos que cuando hacemos música de cámara ¡no tenemos un director! Salvo para ensambles de numerosos instrumentos.
Algunas situaciones típicas que nos hacen perder tiempo en los ensayos y se podrían evitar:
– “A ver, ¿qué ritmo tienen ustedes en el compás 33? ¿Vamos juntos ahí? Yo tengo un tresillo de corcheas en el primer tiempo, después un silencio de corchea, dos semicorcheas, blablabla…”
– “Mi rallentando empieza tres compases antes de la letra F, ¿todos tienen lo mismo? Quisiera ver lo que tienen escrito…”
Cuanta más información posea el intérprete sobre la obra general, mejor realizará su aporte individual, puesto que tendrá conciencia del “todo” plasmado en la obra….
Repito: cada integrante del ensamble debería poseer una copia de la partitura completa de la obra que se está trabajando. Idealmente, todos los músicos del grupo deberían usar la misma edición de la obra. En caso contrario, convendrá hacer las anotaciones necesarias (de articulación, dinámica, tempo, etc.) en el papel para unificarlas. Otro detalle muy importante a los efectos prácticos es unificar las letras o números de ensayo y anotarlos en cada parte. Esto también ahorrará un tiempo muy valioso en los ensayos.
En el siguiente video, aun en la particella de clarinete pueden verse (en figuras más pequeñas) algunas notas que representan las frases del piano. Obviamente el clarinetista no tiene que tocarlas, pero le sirven para la comprensión de la globalidad de la obra. ▼
Para terminar esta nota quiero compartir con ustedes una anécdota extraída del libro “Invitación a la Música” (Jonathan Kramer, Editorial Vergara):
A partir de esta carta es evidente que Joachim era un músico de primera línea: se mostraba reticente a abrir juicio solamente en base a la parte de violín, aunque fuera la que él ejecutaría como solista, sin saber cómo encajaría dentro del conjunto completo.
Gabriel Blasberg.